May 7, 2025

"Hecho en México" ¿Soy candidato?

¿Cómo pueden las empresas obtener la certificación "Hecho en México" y capitalizar sus beneficios?

En un escenario económico donde las barreras comerciales resurgen con fuerza, la certificación "Hecho en México" ha evolucionado de ser un simple distintivo patriótico a convertirse en una herramienta estratégica vital para la supervivencia empresarial. Con el endurecimiento de las reglas de origen en el T-MEC y las crecientes presiones arancelarias desde Estados Unidos, las empresas mexicanas enfrentan el imperativo de validar formalmente su producción nacional no solo para manifestar orgullo por lo local, sino para mantener su competitividad en mercados nacionales e internacionales.

El origen como destino: Cuando la procedencia determina el acceso a mercados

El entorno comercial global ha experimentado una transformación radical en los últimos años, con un notable giro hacia políticas proteccionistas que han alterado las cadenas de suministro establecidas. El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) introdujo reglas de origen más estrictas en sectores clave como el automotriz, donde se incrementó el Valor de Contenido Regional (VCR) de 62.5% a 75%. Estas regulaciones establecen además requisitos específicos de contenido laboral y uso de acero y aluminio regional.

Estas normas no son simples formalidades burocráticas, sino determinantes directos del acceso a mercados. Un producto que no cumple con las reglas de origen enfrenta aranceles que erosionan completamente su competitividad en precio. En este contexto, el programa "Hecho en México", relanzado recientemente como parte del Plan México, surge como una estrategia nacional para fortalecer la industria local y posicionar los productos mexicanos en mercados internacionales.

La marca "Hecho en México" busca destacar la calidad y tradición del país en sectores estratégicos como la manufactura, la moda, la gastronomía y la tecnología. Sin embargo, muchas empresas desconocen los procedimientos para obtener esta certificación o enfrentan dificultades para cumplir con sus requisitos, perdiendo así oportunidades valiosas de diferenciación.

Desafíos para las empresas mexicanas

Obtener la certificación "Hecho en México" implica navegar por un conjunto de requisitos tanto administrativos como técnicos. Para las personas físicas se requiere identificación oficial vigente y constancia de situación fiscal; mientras que las personas morales deben presentar constancia fiscal, acta constitutiva y documentación que acredite la personalidad de su representante legal.

El verdadero desafío radica en los requisitos sustantivos: los productos deben ser fabricados, manufacturados o ensamblados con insumos de origen nacional en su totalidad, o bien, su manufactura debe desarrollarse en el país, incluso si los insumos son importados. Esta distinción es crucial, ya que permite que empresas con cadenas de suministro globales puedan calificar siempre que el proceso de manufactura se realice en territorio nacional.

Para sectores específicos como el automotriz, las regulaciones son considerablemente más complejas. El T-MEC establece cuatro requisitos fundamentales para la comercialización libre de aranceles: un Valor de Contenido Regional mínimo, un Valor de Contenido Laboral específico, un porcentaje mínimo de acero y aluminio regional, y requisitos particulares para autopartes esenciales.

Para muchas pequeñas y medianas empresas, estos requisitos pueden parecer abrumadores, especialmente cuando tienen cadenas de suministro establecidas con proveedores internacionales. La adaptación a estas nuevas reglas implica no solo cambios en la adquisición de insumos, sino potencialmente reorganizaciones significativas en los procesos productivos.

Cómo obtener y aprovechar la certificación

¿Cómo pueden las empresas implementar estrategias efectivas para obtener la certificación "Hecho en México" y capitalizar sus beneficios? El proceso requiere una planificación que inicia con una evaluación profunda de la cadena de suministro actual.

El primer paso consiste en realizar un análisis detallado del origen de los insumos utilizados. Para empresas cuyos productos ya contienen una proporción significativa de componentes nacionales, el camino hacia la certificación puede ser relativamente directo. Sin embargo, para aquellas con cadenas de suministro internacionales, el desafío implica identificar potenciales proveedores locales que ofrezcan alternativas competitivas.

En el sector de manufactura electrónica, empresas como Connectia representan aliados estratégicos invaluables. Como fábrica de manufactura electrónica ubicada en Zapopan, Connectia ofrece servicios de diseño y ensamblado que cumplen con los estándares necesarios para la certificación "Hecho en México". Esta colaboración permite a otras empresas beneficiarse de la expertise local sin necesidad de realizar inversiones masivas en infraestructura propia.

La estrategia también debe contemplar la documentación exhaustiva de los procesos productivos. Las autoridades requieren evidencia contundente de que la manufactura se realiza efectivamente en territorio nacional, lo que implica mantener registros detallados de cada etapa del proceso. Las empresas deben establecer sistemas de trazabilidad que permitan demostrar el flujo de materiales a través de la cadena productiva.

Además de facilitar el cumplimiento regulatorio, obtener la certificación "Hecho en México" ofrece acceso a plataformas como "Hecho en México B2B Marketplace", una iniciativa desarrollada para promocionar, impulsar y facilitar la exportación de PyMEs mexicanas a través del canal digital. Estas herramientas representan una oportunidad adicional para empresas certificadas que buscan expandir su alcance comercial.

Para empresas de base tecnológica, asociarse con fabricantes certificados como Connectia no solo facilita el cumplimiento regulatorio, sino que también puede traducirse en ventajas operativas significativas: proximidad geográfica que reduce tiempos de respuesta, comunicación fluida sin barreras culturales, y la tranquilidad de trabajar con un socio que comprende el entorno regulatorio local.

Conclusiones

En un entorno comercial caracterizado por crecientes tensiones y barreras, la certificación "Hecho en México" representa mucho más que un sello patriótico: constituye una herramienta estratégica para fortalecer la posición competitiva de las empresas mexicanas. Los desafíos para obtener esta certificación son reales, especialmente para aquellas compañías con cadenas de suministro globales establecidas, pero los beneficios potenciales justifican el esfuerzo de adaptación.

La clave del éxito radica en adoptar un enfoque estratégico: evaluar cuidadosamente la cadena de suministro actual, identificar oportunidades para incrementar el contenido nacional, y cuando sea necesario, establecer alianzas con manufactureros locales especializados que pueden aportar el componente de producción nacional necesario para la certificación.

El programa "Hecho en México" no es simplemente un requisito burocrático más, sino una oportunidad para repensar y fortalecer la industria nacional. Las empresas que logren adaptarse a este nuevo paradigma no solo superarán las barreras comerciales emergentes, sino que estarán mejor posicionadas para capitalizar el creciente interés global en la diversificación de proveedores y la resiliencia de las cadenas de suministro.