El Desafío de México Entre Dos Gigantes

La industria tecnológica mexicana se encuentra atrapada entre las crecientes tensiones comerciales de Estados Unidos y China. Las empresas de manufactura electrónica enfrentan una tormenta perfecta de aranceles inminentes, reglas de origen estrictas y disrupciones en la cadena de suministro. Para las PyMEs y startups del sector, los aumentos de costos y retrasos amenazan su viabilidad en un momento donde México debería estar aprovechando su posición estratégica para crecer.
A partir del 4 de marzo pasado, Estados Unidos habría implementado nuevos aranceles de hasta el 25% a productos importados de México, Canadá y China. Esta medida, de haberse llevado a cabo, habría sacudido al sector tecnológico mexicano, justo cuando México había superado a China como principal exportador a Estados Unidos en 2023. La administración estadounidense había justificado estas medidas como parte de su estrategia para redefinir las normas globales del comercio, pero colocando a México en una posición extremadamente vulnerable.
Aunque la suspensión es temporal, la presidenta de México se siente optimista de que esta amenaza arancelaria ya no aplique para México ni para Canadá puesto que, como ha mencionado el presidente Trump, los aranceles que entren en vigor en el mes de abril serán solamente para aquellos países con los que Estados Unidos no cuenta con ningún tratado aún.
Con aproximadamente el 84% de las exportaciones mexicanas dirigidas a Estados Unidos, nuestro país enfrenta un dilema sin precedentes. Por un lado, debe mantener su posición privilegiada como socio comercial de EUA, mientras que por otro, necesita gestionar su creciente dependencia de componentes chinos para la manufactura. La situación se complica por la presión explícita de Estados Unidos para que México reduzca sus importaciones chinas como condición para proteger el T-MEC.
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El impacto de estas tensiones geopolíticas es particularmente severo para el sector de manufactura electrónica. México ha permanecido principalmente como un hub de ensamblaje, sin avanzar significativamente en la cadena de valor. Nuestra industria está enfocada a la manufactura de mano de obra intensiva con poca tecnología o automatización, lo que nos coloca en una posición de alta vulnerabilidad ante cambios en las políticas comerciales internacionales.
Un elemento crítico en esta problemática son las placas de circuito impreso (PCB), componente fundamental para cualquier dispositivo electrónico. A pesar de que México es líder en manufactura electrónica para EUA, seguimos dependiendo casi totalmente de China para el suministro de estos componentes esenciales.
"Los retrasos en la cadena de suministros ya comenzaron", advierte Oswaldo Hernández, CEO de Connectia, empresa mexicana especializada en soluciones tecnológicas de manufactura. "En Connectia ya experimentamos retrasos significativos y un aumento notable en los costos de estas piezas. Y esto sin contar que la burocracia generada por las regulaciones del T-MEC hace que el proceso sea tedioso, lento y costoso. Una situación que era manejable hace apenas unos meses ahora amenaza seriamente nuestra capacidad para entregar proyectos a tiempo y dentro del presupuesto."
Las PyMEs tecnológicas son particularmente vulnerables a estas disrupciones. Sin los volúmenes de compra de las grandes corporaciones ni su capacidad para mantener inventarios extensos, estas empresas enfrentan escollos que podrían resultar insuperables sin estrategias efectivas.
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Frente a este escenario desafiante, surge una pregunta crucial: ¿Por qué México, siendo el proveedor más grande de manufactura electrónica para EUA, no ha desarrollado aún capacidad propia de fabricación de PCB para cubrir la demanda nacional y norteamericana?
La respuesta involucra la falta de inversión en investigación y desarrollo, la ausencia de una política industrial coherente y la inercia de servir como maquila. Sin embargo, existen iniciativas prometedoras como PCB-Mexico.com, que inició operaciones en 2009 fabricando tarjetas electrónicas en la Ciudad de México, demostrando que el conocimiento técnico existe en el país.
Para las PyMEs del sector tecnológico, existen estrategias concretas para navegar esta tormenta:
A nivel sectorial, empresas como Connectia están liderando iniciativas para desarrollar capacidades locales. "Estamos explorando alianzas con universidades y centros de investigación para desarrollar prototipos de manufactura local de componentes críticos," explica Hernández. "No podemos esperar a que el gobierno resuelva todos los problemas; el sector privado debe tomar la iniciativa."
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La situación actual, aunque desafiante, representa una oportunidad única para transformar el sector tecnológico mexicano. Las empresas que logren adaptarse rápidamente, diversificando tanto sus mercados como sus cadenas de suministro, no solo sobrevivirán sino que emergerán más fuertes. El desarrollo de capacidades propias de diseño e innovación otorgará una ventaja competitiva significativa en el mercado global.
El camino no será fácil, pero con iniciativa privada, políticas públicas adecuadas y colaboración sectorial, México puede transformar esta crisis en el punto de inflexión que finalmente nos permita pasar de ser un país de mano de obra barata a un verdadero competidor en el ámbito de la tecnología y la innovación.